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BAD ASH, de Alina Not

  馃尭 EN SERIO, ESTO DEBER脥A DE ESTAR PROH脥BIDO ... o, en su defecto, venir con un prospecto de precauci贸n. PRIMERO : si a煤n no has le铆do este libro, hazlo. SEGUNDO : si piensas leerlo en un futuro cercano, hazlo. TERCERO : si piensas leerlo en un futuro m谩s lejano, no sabes lo que te est谩s perdiendo. Pero no nos perdamos nosotras y volvamos al asunto que nos ata帽e : PROSPECTO QUE DEBER脥A DE VENIR CON EL LIBRO: Ni se te ocurra leer este libro si realizas alguna actividad de riesgo como planchar, cocinar, comer, caminar... En algunas personas puede producir ciertos despistes, que se pueden prolongar durante toda la lectura. Ni se te ocurra comparar a Cam con ning煤n otro esp茅cimen humano del g茅nero masculino porque saldr谩s perdiendo y, ni la editorial ni la autora se hacen responsables de dicha depresi贸n. Si padeces del s铆ntoma: "Ay, madre, qu茅 me muero de amor", no lo leas, porque se puede agravar y causar alg煤n que otro suspiro seguido de un: "Es que me lo como a besos&qu

El ejecutivo, DE k. I. Lynn

El ejecutivo

No me gusta la novela er贸tica.

馃尭Hala, ya lo he dicho...
qu茅 descanso.
Y no hace falta que me mires as铆, como de soslayo, como si no terminaras de creer lo que te digo.
Te lo puedo asegurar.
No me gustan.
Sabes que hay gustos para todos y el que sus portadas me llamen la atenci贸n no significa nada.

Vamos, qu茅 mujer no las mirar铆a con esos hombres, con esos cuerpos y esas sonrisas.
Le帽e, qu茅 una no es de piedra.


Y el hecho de que, de tanto en tanto, me d茅 por leer una no significa nada.
Pero nada.
Es s贸lo un acto puramente causal.
As铆 que, el haber devorado esta novela en dos d铆as tampoco significa nada, pero nada de nada.


S贸lo que, a ver, te ponen un jefe que ya quisiera yo (y no al cenutrio que tengo por jefe) y las hormonas empiezan a aplaudir. Y, claro, despu茅s vienen los "ay" y "las ganas que tengo de hacerte m铆a" que a una la desarman. Sobre todo porque el ambiente es de esos que: "uf, qu茅 calor, por Dios", y una cae; vamos que si cae, eso es una ca铆da libre en toda regla. As铆, a lo bruto, sin paraca铆das, solo que en vez de gritar: "¡Cuidado los de abajo que vengo sin frenos!", una se pasa el d铆a suspirando. Y, claro, las hormonas, las muy desvergonzadas, se montan una fiesta que ni la Jurado en su mejores d铆as. Y si adem谩s la autora, la muy traicionera, te envuelve en hilos de plata y romance, pues una sucumbe a la tentaci贸n. Es m谩s, te aseguro que el que me hayas "pescado" mirando la p谩gina de la editorial en internet se debe a un desliz. Vamos, que estaba buscando un colador rojo en Amazon y, no s茅 c贸mo, me sali贸 esa p谩gina.
 



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